Belarra dice que los medios de comunicación y las redes sociales no deben difundir discursos de odio

La ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030 y secretaria general de Podemos, Ione Belarra, afirmó este viernes que los medios de comunicación y las redes sociales tienen la “responsabilidad” de no permitir que los emisores de lo que ella considera discursos de odio “usen sus canales para propagar el veneno que luego acaba convirtiéndose en violencia”.

Lo hizo al inicio de su intervención en abierto para iniciar la reunión del Consejo Ciudadano Estatal de Podemos, primera del curso y segunda desde que ella lidera el partido tras la retirada de la política de Pablo Iglesias. Belarra quiso dirigirse en primer lugar a las personas Lgtbi, quienes, dijo, “están viviendo días nada fáciles, viendo como aumentan cada día los delitos de odio contra ellos, y cómo se están cuestionando constantemente por la derecha y la extrema derecha”.

Sin mencionar en concreto la falsa agresión a un homosexual en el barrio madrileño de Malasaña, Belarra llamó a todos a “no dejar pasar los discursos de odio que algunos tratan de extender, a responder, a actuar, a no “reír las gracias” a quienes los emiten, porque “la defensa social contra el odio debemos construirlas todos juntos” y, según dio por sentado, “el discurso de odio es el caldo de cultivo de la violencia y tiene emisores originarios”.

Así, sentenció, igual que los responsables públicos tienen obligación de legislar y el conjunto de los ciudadanos de hacer frente en el día a día a esos supuestos discursos de odio, sentenció que, como esos mensajes “necesitan de las redes sociales y los medios de comunicación para difundirse, las grandes empresas de redes sociales y también los grandes medios de comunicación tienen una responsabilidad al menos equivalente para no permitir que usen sus canales para propagar el veneno que luego acaba convirtiéndose en violencia.”

“BENEFICIOS CAÍDOS DEL CIELO”

Más tarde, postuló, como es habitual en Podemos, que hay que defender a las mayorías sociales y no a las élites, y conseguir derechos para las primeras a costa de recortar privilegios de las últimas, en campos como la luz y el alquiler, y dejó caer: “No hay más que fijarse en la guerra que las eléctricas han declarado al primer Gobierno que se ha atrevido a tocar sus 'beneficios caídos del cielo'” (los que reciben por cargar a los consumidores el coste de emisión de dióxido de carbono, cuando las plantas de renovables no tienen ese gasto).

Frente a esta supuesta guerra, Belarra se reafirmó en esta toma de partido y en diseñar “un país construido con la gente y para la gente”, y advirtió de que “en los próximos meses el Gobierno se juega su reelección”, pues ésta dependerá de si “puede acometer los cambios estructurales que nuestro país necesita”, y “desplegar una agenda social y de profundización democrática ambiciosa”.

Sobre la factura de la luz, añadió que “es fundamental” recuperar el control público que se perdió con la privatización de Endesa, pero que antes se han de tomar “medidas inmediatas para bajar la factura de la luz, como la regulación del precio de la energía hidroeléctrica y nuclear, o la prohibición de cortes de suministros, que haría que muchas personas respiraran aliviadas al saber que, si no pagan y están en una situación vulnerable, no van a quedarse sin calefacción, sin respiradores o sin poder cocinar”. Esta propuesta viene siendo reiterada por Belarra en los últimos días.

CONDICIONES PARA LOS PRESUPUESTOS

En cuanto a los Presupuestos, Belarra partió de uno de los lugares comunes de Podemos también con Iglesias, la constatación de que “este Gobierno lo conforman dos fuerzas políticas distintas, con trayectorias diferentes y que responden a intereses en ocasiones opuestos”, y comentó, como otros portavoces de la formación en los últimos días, que “no sería lógico abordar esta negociación sin que los acuerdos cerrados el año pasado fuesen ya una realidad”.

Se refería a la intervención del precio del alquiler, con autorización a las comunidades autónomas y ayuntamientos para acotar zonas tensionadas y establecer precios de referencia, y la mejora de la gestión del ingreso mínimo social, pactados con el PSOE para las cuentas públicas de este año. Pero tampoco exigió a los socialistas su cumplimiento como requisito para negociar.

Para el nuevo anteproyecto, remarcó la necesidad de una reforma fiscal que, entre otras cosas, fije un 15% mínimo de Impuesto de Sociedades, y a la vez elimine la tasa rosa y la bajada del IVA a las peluquerías. También medidas como las que prevé incluir en su proposición de Ley de Diversidad Familiar, prevista para fin de año o comienzos de 2022, como los permisos de paternidad y maternidad de seis meses y una prestación por crianza universal.

En otro orden de cosas, volvió a denunciar la situación del CGPJ y del rey Juan Carlos como dos instituciones del Estado que “están poniendo en cuestión las propias reglas de la democracia, causándole así un grave daño”; se preguntó por qué no dimite el presidente del órgano de gobierno de los jueces, Carlos Lesmes, y exigió que el Rey emérito asuma responsabilidades políticas ante la ciudadanía respondiendo ante el Congreso de los Diputados.

Finalmente, en la línea de Iglesias se mostró satisfecha de que Podemos haya articulado una mayoría parlamentaria “plurinacional” de izquierdas, pero advirtió de que, para mantenerla, “es imprescindible la lealtad del Gobierno al acuerdo programático”, dado que “sólo el cumplimiento de nuestros compromisos hace confiable al Gobierno”.

A nivel interno, Belarra aseguró que Podemos tiene “la responsabilidad histórica de seguir haciendo crecer este proyecto para poder cumplir con nuestros objetivos políticos”, y para ello, aconsejó, “hay que hablar con todo el mundo, hay que abrirse, hay que seguir sumando, como hemos hecho siempre”.

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