Encuentro de culturas latinoamericanas en Albacete: Un viaje a través de la historia y la tradición

**Albacete, 18 de mayo de 2024** - La 11ª Feria de las Culturas se convirtió en un vibrante mosaico de colores, sonidos y sabores, donde bolivianos, cubanos, mexicanos, dominicanos, peruanos, paraguayos  y colombianos se unieron para ofrecer a los albaceteños una muestra inigualable de su rica herencia cultural.

El evento, que tuvo lugar en el recinto ferial de Albacete, atrajo a cientos de visitantes que se deleitaron con las variadas presentaciones artísticas, muestras gastronómicas y exposiciones históricas que cada comunidad preparó con esmero. La feria se convirtió en un verdadero viaje en el tiempo, desde los imponentes incas y los místicos mayas hasta los aguerridos aztecas y los nobles guaraníes, proporcionando una ventana única a las civilizaciones que dieron forma a la identidad de estos países.

**Bailes y Música: Ritmos que trascienden fronteras**

Los ritmos latinos se apoderaron del escenario central desde tempranas horas. Los bolivianos deleitaron al público con la diablada y la morenada, danzas tradicionales llenas de colorido y simbolismo. Los cubanos, con su contagioso son y salsa, lograron que los espectadores no pudieran resistirse a mover los pies al compás de la música.

Por su parte, los mexicanos presentaron un espectáculo vibrante con mariachis y danzas folclóricas que incluyeron el jarabe tapatío y la danza del venado, transportando a los presentes al corazón de México. Los dominicanos encendieron la pista con la bachata y el merengue, ritmos que son un sello distintivo de la alegría y el sabor caribeño.

**Sabores de latinoamérica: Un festín para los sentidos**

La gastronomía fue otro de los grandes atractivos de la feria. Los peruanos ofrecieron una degustación de ceviche, ají de gallina y suspiro a la limeña, platos que reflejan la fusión de sabores y técnicas ancestrales. Los paraguayos no se quedaron atrás, sorprendiendo con la sopa paraguaya y la chipa, delicias que dieron a conocer la riqueza de su cocina tradicional.

Los visitantes también pudieron disfrutar de las delicias cubanas, como el lechón asado y los tostones, mientras que los mexicanos deleitaron con tacos, tamales y guacamole, haciendo gala de la diversidad y la 

de sus sabores. Cada plato servía como una pequeña embajada culinaria, invitando a los albaceteños a descubrir la esencia de cada cultura.

**Historia viva: Un legado que perdura**

Además de la música y la gastronomía, la feria ofreció exposiciones que destacaron la historia y el patrimonio de estas civilizaciones. Paneles informativos y muestras de artefactos permitieron a los visitantes conocer más sobre los incas, mayas, aztecas y guaraníes, pueblos cuyos logros y legado aún resuenan en la actualidad.

Los organizadores destacaron la importancia de estos encuentros culturales para fomentar la integración y el entendimiento entre diferentes comunidades. "La Feria de las Culturas no solo celebra nuestras diferencias, sino que también nos recuerda lo mucho que compartimos. Es una oportunidad para aprender y crecer juntos", comentó María López, coordinadora del evento.

La 11ª Feria de las Culturas en Albacete no solo fue un evento de entretenimiento, sino una celebración del patrimonio y la diversidad que caracteriza a Latinoamérica. Un encuentro que, sin duda, dejó una huella profunda en el corazón de todos los albaceteños, recordándoles la riqueza de las tradiciones que cruzan fronteras y unen a los pueblos.

**Reflexión final: Un puente entre Albacete y América Latina**

Albacete debe aspirar a ser una referencia de hermanamiento con América Latina, consolidando y potenciando cada año esta feria que celebra la diversidad cultural. La 11ª Feria de las Culturas ha demostrado que, a través del arte, la música, la gastronomía y la historia, es posible tender puentes de entendimiento y solidaridad. Estos encuentros no solo enriquecen a los albaceteños, sino que también fortalecen los lazos con los pueblos latinoamericanos, creando un espacio donde las diferencias se convierten en motivo de celebración y unidad. Promover y ampliar esta feria anualmente permitirá que Albacete siga siendo un faro de integración y un ejemplo de cómo la cultura puede unir a las personas más allá de las fronteras geográficas.