UNA DELICIA DESDE LA PRIMERA NOTA

VII Concierto del Ciclo Sinfónico Coral 22-23 de la Orquesta la Comunidad de Madrid (ORCAM)

Albacete - Entrevistas21/03/2023 Alicia Padrón

 Intérpretes:
Liza Ferschtman Solista y directora.
Orquesta de la Comunidad de Madrid (ORCAM).

Programa:
Serguéi Prokófiev (1891-1953) Sinfonía clásica en re mayor, op. 25
Arnold Schönberg (1874-1951) Noche transfigurada, op. 4
Ludwig van Beethoven (1770-1827) Concierto para violín y orquesta en re mayor, op. 61
Sala Sinfónica del Auditorio Nacional de Música de Madrid.
Jueves 16 de febrero a las 19:30


El actual Ciclo Sinfónico Coral de la ORCAM 22-23, cuya temporada comenzó el 14 de septiembre de 2022, está conformado por 14 conciertos sinfónico-corales organizados por la Fundación Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid (Fundación ORCAM).
El presente concierto, es el VII del Ciclo Sinfónico Coral de la ORCAM y tuvo lugar el jueves 16 de febrero a las 19:30 en la Sala Sinfónica del Auditorio Nacional de Música de Madrid.
La Orquesta la Comunidad de Madrid ORCAM bajo la dirección de Liza Ferschtman, que adicionalmente ejercía de solista al violín, ejecutaron magistralmente un repertorio que incluía obras de Prokófiev (1891-1953), Schönberg (1874-1951) y Beethoven (1770-1827).

Liza Ferschtman (1979, Hilversum, Países Bajos) es una virtuosa violinista holandesa de fama internacional. Nació en el seno de una familia con arraigada tradición musical, que facilitó que su primer contacto con el violín se produjese a muy corta edad.
Ha colaborado con prestigiosas orquestas, como la Orquesta de Cámara Franz Liszt, la Filarmónica de Praga, la Orquesta del Festival de Budapest en Avery Fisher Hall (2013), la orquesta Sinfónica de San Francisco (2014) y la orquesta Sinfónica de Dallas (2015), entre otras, cosechando el reconocimiento de crítica y público. Asimismo, ha colaborado como solista con la Orquesta Nacional de Bélgica, la Staatsphilharmonie Rheinland-Pfalz, la Orquesta Filarmónica de Róterdam, la Nordwestdeutsche Philharmonie, la Orquesta del Concertgebouw, y la Filarmónica de Bremer entre muchas otras.

En su trayectoria musical, Liza Ferschtman ha recibido numerosos galardones internacionales, como el premio Iordens Viooldagen (1994), el premio en el Nationaal Vioolconcours Oskar Back (1997), el segundo premio en la competición International de violín en Sion (2003) y el premio Nederlandse Muziekprijs (2006). Asimismo, tiene una extensa y reputada discografía que incluye obras de Debussy, Beethoven, Stravinsky, Tchaikovsky, Shostakovitch, Schubert, César Franck, Poulenc, y Röntgen.
Desde el 2007 Lisa Ferschtman es la directora artística del Festival de Música de Cámara de Delft (Países Bajos).
El concierto arrancó con la Sinfonía clásica en re mayor, opus 25 de Serguéi Prokófiev (1891-1953) donde la ORCAM dirigida por Lisa Ferschtman, que también ejercía como solista al violín, derrochó pasión y calidad técnica desde la primera nota. El Allegro con brio impresionó por su depurada técnica, su belleza en la interpretación y la sincronización perfecta de la orquesta dirigida por la solista. El Larghetto conmovió por su delicadeza exquisita y su impresionante limpieza técnica. La Gavotte deleitó con una sincronización impecable, y el Finale impresionó por el diálogo perfecto entre los vientos y las cuerdas. Resultó remarcable la sincronización que mostraron todos los intérpretes teniendo en cuenta que la solista actuaba simultáneamente como directora.

La interpretación de la Noche transfigurada, op 4 de Arnold Schönberg (1874-1951) deleitó por su belleza en la que ni una sola nota era desaprovechada por los intérpretes para extraer la máxima perfección. El diálogo entre las cuerdas, que derrochaba pasión, emulaba el diálogo entre los amantes del poema de Richard Dehmel en que se basa la obra. No se necesitaban palabras para entender el momento en que el diálogo alcanza el triunfo del amor y el perdón.

El primer movimiento del concierto para violín y orquesta en re mayor, op. 61 de Ludwig van Beethoven (1770-1827) destacó por su precisión, limpieza y brillantez en la ejecución durante el precioso diálogo entre violín y orquesta, donde la solista mostró un dominio increíble de los pianos. Durante el segundo movimiento el público aguantaba la respiración, pendiente de cada nota, ante el impresionante virtuosismo de los pianissimos del violín. En el Rondó final disfrutamos de la ejecución apasionada de una apoteosis del mejor Beethoven en estado puro.

El concierto se cerró con extensos aplausos y una gran ovación por parte del público que se quedó con ganas de más. Se trata de un concierto imprescindible del que disfrutará todo tipo de público.
Tras el concierto, Lisa Ferschtman tuvo la gentileza de conceder una breve entrevista a Globatium.
Globatium: ¿Cómo ha sido el reto de actuar simultáneamente como solista y directora?

Lisa Ferschtman: Para mí ha sido una experiencia nueva el dirigir una orquesta de este tamaño. Este año he dirigido dos grupos de música de cámara, uno en Delft y otro en Budapest. Dirigir un grupo tan grande es un reto y produce una sensación completamente diferente. En el caso de una orquesta tan grande, todos los músicos deben contribuir y responsabilizarse de la coherencia del resultado final. Cómo yo digo medio en broma “en una democracia todo el mundo tiene una responsabilidad” y en una orquesta resulta algo similar. Por supuesto que todos deben interpretar su instrumento con excelencia, pero además, ya que yo como directora no puedo estar controlando que todos lleven el tempo de forma exacta, ellos deben responsabilizarse también de la sincronización y coherencia final como orquesta. Ha sido un proceso muy interesante y gratificante con este programa tan exigente.

Globatium: ¿Cuál ha sido la base para la selección de este repertorio?

Lisa Ferschtman: Normalmente, en los festivales, suelo seleccionar las obras partiendo de alguna conexión entre ellas, sin embargo en el caso de este concierto escogí estas piezas porque me encantan. No existe otra relación entre ellas, excepto el hecho de que son obras con un estilo de música de cámara. Como ya he dicho ha sido un repertorio muy exigente y no consideré la dificultad de las piezas a la hora de seleccionarlas, pero cuando hay un desafío resulta todo mucho más gratificante. Prokófiev es extremadamente virtuoso y delicado y Schönberg es sumamente difícil, e interpretarlo con una orquesta tan grande, cuando en la obra suceden simultáneamente tantos motivos, exige mucha motivación y una sincronización perfecta. Yo, con el violín, acompaño a la orquesta la mayoría del tiempo, y el resto de músicos se deben escuchar entre ellos para que la coordinación y sincronía sean perfectas. Eso también conecta todas las obras. Adicionalmente realizamos muchas innovaciones, específicamente a los instrumentos de viento fue a los que más saqué de su zona de confort, y me acompañaron en este desafío.
Globatium: ¿Cómo ha sido la experiencia de trabajar con la ORCAM?

Lisa Ferschtman: Ha sido una experiencia maravillosa. Todos los músicos tenían una motivación estupenda para conseguir la excelencia en la ejecución de las obras. Espero haberles transmitido el sentimiento de que no soy el jefe, aunque por supuesto era la que más hablaba en los ensayos (risas), sino que este concierto es algo que construimos juntos.

Globatium: Muchas gracias y felicidades por su éxito esta noche.

Alicia Padrón Monedero.


 

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