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El presidente de FAES marca el camino a seguir y Abascal y Arrimadas presionan al presidente del PP para que presente una moción de censura sin posibilidades de triunfo.
Política - Análisis30/06/2021J. Ángel RuizLa derecha española es un polvorín, y más después de que la semana pasada el Gobierno de coalición concediera y el jefe del Estado, Felipe VI, firmara los indultos a los presos del procés de Catalunya. Y quien peor lo está pasando es el presidente del PP, Pablo Casado, con quien desde dentro y desde fuera de su partido siguen jugando como quien lo hace con un boxeador medio noqueado de esos que van dando tumbos por el ring de unas cuerdas a otras.
El miércoles pasado en una entrevista en esRadio –emisora propiedad de Libertad Digital, propiedad a su vez del periodista Federico Jiménez Losantos–, el presidente de Vox, Santiago Abascal, pedía a Casado que presentara una moción de censura contra el presidente del Ejecutivo, Pedro Sánchez, por la concesión de esos indultos y anunciaba que si el presidente del PP no lo hace, lo hará él. “La responsabilidad de hacerlo recae sobre el primer partido de la oposición”, por lo que presentarla “es una responsabilidad del PP” que Vox espera que Casado “ejerza”, pues “nunca ha habido tantos motivos para presentar una moción de censura como ahora, y cada día que pasa hay más motivos”.
Abascal sabe que una moción de censura contra Sánchez –la presente Casado o la presente él– no tiene posibilidades de triunfo, pero es que su objetivo no es Sánchez sino el propio Casado. Si quien la presenta –y la pierde– es el presidente del PP, Casado será presentado como un fracasado; si quien la presenta –y la pierde– es el propio Abascal, el presidente del PP también será presentado como un fracasado por no haberla presentado él.
En cualquier caso, nada nuevo, pues Abascal ya presentó una moción de censura contra Sánchez que no tenía posibilidades de triunfo y que en realidad no iba dirigida contra Sánchez sino contra Casado. El presidente de Vox defendió el pasado mes de octubre aquella moción, que fue rechazada frontalmente por el Congreso, al recibir el voto a favor de los 52 diputados del partido ultraderechista, ninguna abstención y el voto en contra del resto del hemiciclo: 298 noes, incluidos los de Foro Asturias, UPN, Cs y el PP.
Aquel día, Casado se mostró muy duro desde la tribuna con Vox y con Abascal, a quien acusó precisamente de presentar su moción de censura no contra el Gobierno sino “contra el partido que le dio trabajo durante 15 años” –en referencia al PP– y de querer “suplantar” a ese partido. Pero “hasta aquí hemos llegado”, le advirtió, tras acusar al partido ultraderechista de defender una España “grande y libre” –en referencia al franquismo– y de garantizar la “victoria perpetua” de la izquierda al dividir el voto de la derecha. En su entrevista del miércoles con esRadio, Abascal aseguró que no habla con Casado desde aquel mismo día.
Sí es nuevo que la presidenta de Cs, Inés Arrimadas, se haya unido este martes a la presión de Abascal sobre Casado, pues en una entrevista en TVE ella también ha pedido al presidente del PP que presente una moción de censura contra Sánchez que sería “mucho más eficaz, útil y transversal” y lograría “muchos más apoyos” que la que presentaría el presidente de Vox, que volvería a acabar “reforzando” a Sánchez, como la de octubre. Arrimadas ha insinuado que Cs apoyaría una moción de censura presentada por Casado y no apoyaría una presentada por Abascal, aunque también sabe que una moción de censura contra Sánchez no triunfará, la presente el PP o la presente Vox.
PP y Cs nunca lograron digerir la moción de censura que en junio de 2018 desalojó a Rajoy de la Presidencia del Gobierno, y en febrero de 2019 se fotografiaron con Vox –que aún no tenía representación parlamentaria– en la madrileña plaza de Colón para pedir elecciones generales. No hubo una convocatoria electoral sino dos –la primera en abril y la segunda en noviembre–, la derecha española de Colón perdió ambas y tampoco ha logrado nunca digerir el Gobierno de coalición, surgido precisamente de las urnas del 10N y del pacto postelectoral del PSOE con Unidas Podemos.
La “foto de Colón” de febrero de 2019 plasmó un absoluto fracaso, por eso PP, Vox y Cs volvieron a Colón el pasado día 13 para protestar contra los indultos a los presos del procés, otra vez juntos pero esta vez no revueltos. Fue la plataforma Unión 78, que lidera Rosa Díez, la encargada de convocar la concentración y evitarles así una nueva foto “de familia”, pero ni Díez ni PP ni Vox ni Cs lograron evitar que el Gobierno de coalición concediera y Felipe VI firmara los indultos a los presos del procés. Otro absoluto fracaso de PP, Vox y Cs.
La derecha española –dividida ahora en tres, con el problema que eso supone teniendo en cuenta la ley electoral– no se entiende sin José María Aznar, el político que la mantuvo unida durante sus 14 años como presidente del PP, cargo que recibió de Manuel Fraga, ministro de Franco y fundador de Alianza Popular. Aznar abandonó las presidencias del PP y del Gobierno en 2004, pero nunca ha abandonado la política sino todo lo contrario, y es que desde su actual cargo de presidente de la fundación FAES sigue marcando el paso de esa derecha dividida ahora en tres: el PP, su escisión ‘dura’ de Vox y su escisión ‘blanda’ de Cs.
No es casual que las palabras de Abascal en esRadio –su petición a Casado de que presentara una moción de censura contra Sánchez por la concesión de los indultos y su anuncio de que si el presidente del PP no lo hace, lo hará él– se produjeran el miércoles, es decir el mismo día en que FAES reunía a su Patronato –lo hace cada seis meses– y emitía un comunicado titulado “el Patronato de FAES hace suyas las palabras de José María Aznar sobre los indultos”.
“El Patronato de la Fundación FAES, en su reunión de hoy, ha compartido plenamente las palabras de su presidente, José María Aznar, tras la concesión de indultos a los condenados por el procés. «Es un día triste para España. El día en que el Gobierno ha aprobado indultar a los autores de un golpe de estado contra el orden constitucional, la unidad de España, la continuidad histórica de la nación española. Un día de gran humillación para los ciudadanos que creen en la libertad, la ley, la seguridad y la democracia. No se puede indultar a los que no respetan las reglas del juego y que además dicen que las van a seguir sin respetar», ha explicado”, arrancaba el texto.
“Los miembros del Patronato han coincidido en calificar la decisión de gravísimo error político. «Se acaba de cometer un error inmenso. No se puede construir el futuro de un país confiando en quienes quieren destruirlo. No tiene ningún sentido», ha asegurado Aznar, para quien el buen gobierno es «el retorno a la sensatez, a la inteligencia, el saber que no hay libertad ni democracia sin autoridad, sin responsabilidad ni sin ley»”, advertía el comunicado de FAES. Dos días después, Aznar coincidía en un acto con la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso (PP), a quien ponía como ejemplo de liderazgo y de quien decía que su victoria en las autonómicas del 4M marca a Casado “el camino esencial que hay que seguir ahora”.
Con Abascal, Arrimadas y la propia Ayuso en la línea misma línea que Aznar, Casado –el Casado del “hasta aquí hemos llegado” a la ultraderecha– parece ahora a merced del presidente de FAES, que parece haber olvidado cosas como que, tras firmar los indultos, Felipe VI cenó el pasado domingo en Barcelona –con total normalidad– con Pedro Sánchez (PSOE), Pere Aragonès (ERC) y Ada Colau (Catalunya En Comú) y que parece haber olvidado también que la derecha está en minoría en el Congreso, algo que Casado sí parece tener claro.
Aznar teme un proceso de profundización democrática en el que puedan participar entre otros la izquierda de ámbito estatal y las izquierdas soberanistas catalana y vasca. Y parece dispuesto a todo para intentar neutralizarlo.
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