Temporeros, dignidad ya

Como vecina de Albacete y como candidata al Ayuntamiento por Podemos, pero sobre todo como persona, soy empática con las situaciones de injusticia social, siempre he intentado posicionarme del lado del que más me podía necesitar y he sido, y espero poder seguir siéndolo, voz de los más silenciados; aún con estas capacidades e inquietudes, durante mucho tiempo he convivido y asumido la situación en la que se encontraban los temporeros en nuestra ciudad. Yo había dejado que la vulnerabilidad se convirtiese en costumbre y en algo más, que estaba ahí; si yo, que he formado y sigo formando parte de movimientos sociales (sin ser mejor por ello), vivía ajena a la verdadera realidad de estas personas, ¿cuántas personas más de Albacete que nunca se han acercado a ellas seguirán como yo estaba hasta hace unos años?  

Tuve la suerte de acercarme a los temporeros hace unos años, cuando la situación de crisis por la COVID-19 llegó hasta los asentamientos; para mí fue una suerte, porque desde ese momento mi empatía creció, aunque no puedo decir lo mismo sobre la situación que vivieron ellos y de la cual fui testigo, y que por desgracia se sigue repitiendo dos años después. 

Puedo afirmar rotundamente que las personas que viven en los asentamientos, no solo son víctimas de la vulneración de los derechos más básicos de las personas, como puede ser el acceso a una vivienda digna; sino que también son víctimas de un silencio administrativo e institucional, son víctimas de una invisibilidad social que los empuja hacia una situación de violencia económica, de vulnerabilidad vital y hacia la profecía de que, nada va a cambiar, porque nadie los ve, nadie los escucha. 

Los diversos movimientos sociales de la ciudad, tanto individuales como colectivos, luchamos de diversas maneras por mejorar su situación, desde ayudar a cubrir sus necesidades básicas, hasta alzar la voz en plenos, concentraciones y medios; pero, aunque la voluntad social es la mejor manera, humana y colectiva de ayudar, a veces se necesitan otros factores implicados; es por ello que no solo apoyo, sino que defiendo la propuesta de mi compañero José Luis García Gascón, para que la Consejería de Bienestar Social de la Junta de Comunidades, así como también la implicación de Carmen Fajardo para llevarlo al Ayuntamiento, para que las instituciones públicas no solo se hagan cargo, sino que sean parte activa de la solución a la situación en la que cientos de personas se encuentran en nuestra ciudad. 

Las personas, entre las que me incluyo, hemos hecho y seguiremos haciendo todo lo que esté en nuestra mano para ayudar, no solo a los temporeros, sino cualquier persona que lo necesite, pero necesitamos más, es el momento de actuar, cambiar y crear. 

El cambio político comienza por la voluntad de las personas que construimos el día a día de una ciudad y se acaba haciendo realidad, con la intervención de las administraciones. Por eso, entre otras razones, he dado este paso desde las luchas sociales a la política.

María Porcel  

Candidata en las primarias de Podemos al Ayuntamiento de Albacete