Albacete se enfrenta a un septiembre incierto.

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Sin duda alguna, este otoño no enfrentamos de nuevo al Covid-19, un virus que nos está matando o enfermando , que está arruinando la economía de un país y que ha cambiado nuestra vida cotidiana. 

Una ciudad de casi 200.000 habitantes, que sigue sin estar preparada para enfrentarse al virus asesino, y que se ha cobrado la vida de muchos abuelitos que vivían  en residencias, la mayoría de ellas privadas que no estaban preparadas para esta pandemia, y siguen sin estar preparadas. Pero tampoco estaban preparadas las Ucis de los hospitales donde nuestros sanitarios han tenido que sufrir la humillación del Gobierno regional que los ha abandonado a su suerte, sin olvidar a los vecinos que tenían un negocio y han tenido que cerrar. 

Ahora de nuevo nos enfrentamos a esa amenaza llamada COVID-19. ¿Hay garantías suficientes para que nuestros hijos vuelvan a los colegios y no se contagien?. ¿Se reforzará la plantilla en Atención Primaria para evitar colapso en las urgencias hospitalarias?. 

Prenguntas que el Gobierno que preside Emiliano García-Page, sigue sin contestar, y lo único que hace es decirle a la población que sean responsable y que estén tranquila, pero la responsabilidad que  pide a los demás debería ejercerla él y no generar tanta incertidumbre, porque está en juego la vida de sectores de población muy  vulnerable como son los niños y mayores.