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El expresidente es un asiduo participante en las reuniones del Grupo PRISA. 

Esta reunión telemática, con unos veinte asistentes, en la que, según fuentes conocedoras, el expresidente se conectó desde una casa en la costa, ha sido la comidilla durante los últimos días entre políticos y periodistas.

Según se dice, Felipe González estaba muy molesto con la propuesta de Unidas Podemos de crear un impuesto de solidaridad a las grandes fortunas, algo que sentó muy mal a González, en la que dejó muy clara su postura, echar a los morados del Gobierno para posteriormente propiciar un pacto con el PP. 

Si analizamos las informaciones en esta semana tanto de la Cadena SER y el diario El País atacando al Gobierno de coalición y exigiendo ceses, justo cuando la derecha está en la calle movilizándose contra el estado de alarma, podemos entender cual es la estrategia de la editorial. 

Dirigentes de la formación morada no le extraña nada esta actitud, cuando a los poderes económicos y financieros le das donde más les duele, saltan en cólera y pactan con quien sea para proteger sus intereses, caiga quien caiga. 

En el pasado PRISA fue un referente cultural en España con editoriales ideológicas próximas a la izquierda. Pero desde hace años el objetivo de este grupo ha sido derrotar a Pedro Sánchez en la interna del PSOE como a Pablo Iglesias en la de Podemos. Los líderes del Gobierno de coalición lo son entre otras cosas, porque PRISA no pudo con ellos.