Cañizares da un paso más en su afrenta a las normas civiles

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El cardenal Antonio Cañizares siempre se ha caracterizado por sus posiciones conservadoras y, especialmente desde que es arzobispo de Valencia, por sus polémicas declaraciones y por su afrenta a las normas civiles, pero este domingo ha ido un paso más allá, al ignorar el confinamiento y el estado de alarma y abrir a los feligreses la catedral de Valencia, a pesar de que debe permanecer cerrada por la pandemia de coronavirus. Aunque en esta ocasión directamente se la ha saltado y con publicidad, no es la primera vez que el arzobispo de Valencia desafía de malas maneras o insta a desobedecer una medida progresista o una medida tomada por un Gobierno progresista. Por el contrario, cuenta con un largo historial.

En 2015, Cañizares calificó de “invasión” la llegada de refugiados e inmigrantes al continente europeo y se preguntó si lo que llegaba era “todo trigo limpio” y “cómo quedará Europa dentro de unos años, con la que viene ahora”, para rematar diciendo que “no se puede jugar con la historia ni con la identidad de los pueblos” y calificar a quienes llegaban de “caballo de Troya en las sociedades europeas”. El cardenal, que tras aquellas palabras llegó a ser denunciado por incitación al odio, pidió perdón dos días después a refugiados e inmigrantes, no sin asegurar que sus declaraciones se habían “manipulado” y que había sido víctima de un “linchamiento”.

Un año después, Cañizares atacó la “escalada” de “dirigentes políticos, el ‘imperio gay’ y ciertas ideologías feministas” contra la “familia cristiana” e instó a desobedecer leyes “injustas” basadas en “la ideología más insidiosa y destructora de la humanidad de toda la historia, que es la ideología de género”. Y ofició dos polémicas misas: una en desagravio a la Virgen, por entender que un cartel de una organización juvenil que mostraba a las patronas valenciana y catalana besándose le había “profanado”, y otra en memoria de la exalcaldesa de Valencia Rita Barberá, en la que dijo “aprendemos día a día de doña Rita a amar sin límites, a acoger a todos sin excluir a nadie”.

En 2018, el cardenal, famoso también por su inquebrantable defensa de la unidad de España y de la España católica, se quejó de que en este país “no encontramos la unidad, no hallamos la paz ni alcanzamos la reconciliación entre nosotros” y centró sus dardos en el soberanismo y en la memoria histórica. Sobre el soberanismo aseguró que “la unidad de la ‘casa común’ que es España” estaba “amenazada de destrucción por secesionismos y nacionalismos que apoyan intereses particulares y, se diga lo que se diga, no son más que ideología”. Y sobre la memoria histórica, que se utiliza “para dividir, para reabrir de nuevo heridas ya curadas, para confrontarse”. Aunque Cañizares también tuvo tiempo para instar a los curas a no dejar entrar a los templos a quien no guarde silencio o vista con ropa “indecorosa”.

El arzobispo de Valencia, que entonces llegó a mostrarse dispuesto a colocar carteles para explicar las normas sobre cómo se puede entrar y cómo no a los templos, se ha saltado este domingo las normas civiles al abrir al público, con motivo del Día de la Virgen de los Desamparados, la basílica de Valencia mientras la Comunitat Valenciana sigue casi completamente en la fase 0 de la desescalada, lo que supone la prohibición de realizar actos públicos.

Tomado de laultimahora.info