Al llegarme el mensaje con un enlace del audio (1) que reproduce la voz de Silo pronunciando la arenga, mi mente se fue hacia aquel momento a rememorar los hechos de tan importante evento.

Lo cual relato a continuación. Hacia 1965 en un retiro que hacíamos en la selva jujeña (2) un día nos dijo que usaría el seudónimo de Silo, lo cual nos sorprendió pues no sabíamos cuándo o como lo haría. Al terminar dicho retiro quedamos con el compromiso de hacer misiones (concepto que aparecería después más de una vez (3)) formando grupos diversos, siguiendo con los mismos pasos que habíamos hecho: reuniones, retiros, difusión al medio, comunicar a nuestros allegados, visitar otros lugares, y establecer relaciones con otras organizaciones. Además, en otro momento de aquel retiro nos dijo “mientras Uds. llevan a cabo sus misiones nosotros nos ocuparemos del lanzamiento del ‘fenomeno Silo’. Aquel enunciado nos intrigo sumamente, de cómo sería. Terminamos el retiro y regresamos a nuestras ciudades, comenzando dicha labor en el par de años siguientes, cuando un día del 68 me convocan a una reunión, en la ciudad de Mendoza, en donde nos informa que comenzará con la presentación de Silo al medio, poco después lanza aquella pequeña tarjeta que decía “Mi enseñanza no es para los triunfadores, sino para quienes llevan el fracaso en su corazón”. Algo que resultaba muy sugestivo, pues nadie reconoce que fracasar sea algo interesante; pero nosotros comprendíamos que quienes sienten algo así están abiertos a nuevas propuestas. Unos meses después nos dijo “necesitamos un terreno en la montaña” indicando una localización precisa. Así es que nos dispusimos a la tarea, hasta que venciendo algunas adversidades (pues esos terrenos son mayormente fiscales y no hay disponibilidad) lo localizamos y conseguimos. Poco después, nos dijo algo que nadie esperaba “me voy a instalar en ese lugar de montaña (llamado Punta de Vacas). Fue así que nos organizamos unos cuantos amigos para ayudarlo en el traslado y a instalarse en aquel paraje y subimos la noche del 1 de enero de 1969 llegando al sitio por la mañana y comenzamos a descargar todo lo que habíamos supuesto necesitaría en su estadía, desde alimentos, combustible de lámparas, a herramientas y en fin muchas cosas; que fuimos descargando del camión, bajo la atenta vigilancia de gendarmería. Pues como es lugar de frontera el sitio tiene resguardo militar. Aparte, nótese que estábamos en plena dictadura, ‘la de los 70’, que vigilaban todo que aparecía como ‘bajo sospecha’.

No obstante, allí se quedó Silo acompañado unos días de 2 amigos instalándose en el lugar escogido, en una pendiente elevada y distante de la carretera, en donde construiría su ermita. Pasó el tiempo y poco supimos de él, hasta que nos envió una invitación a reunirnos en una hostería de la zona, en algún día de marzo. Allí con su energía y ánimo alto de siempre nos comenta que ha pensado hacer un acto público en aquel lugar; nos dijo algo como: “daremos una charla muy especial “… Y así fue como empezamos los preparativos, desde hacer difusión del acto, a invitar a medio mundo y conseguir los transportes necesarios para que el público interesado pudiera llegar. Eligio la fecha del 4 de mayo, época que aun hace buena temperatura y el fin de semana facilitaría el transporte. Conseguimos micrófono, altavoces, una grabador a carrete y en fin todo lo necesario para un acto púbico en la montaña. Además pusimos tres de mástiles con banderines naranja que permitiera identificar y dar una referencia clara del lugar del acto programado.

Pocos días antes dio una entrevista en donde le clarifica al periodista, ante su pregunta del motivo del acto previsto, diciéndole: “_Porque vimos que ya es momento de darle a conocer al público nuestro punto de vista”

Llego el día finalmente y por la mañana fuimos llegando al lugar desde la ciudad de Mendoza, y también desde otras provincias, o de Buenos Aires y de la vecina capital Santiago de Chile; un par de centenar de personas de variadas procedencia constituiría la atenta audiencia. Y, entonces, hacia el mediodía, después de que un amigo hiciera una introducción con los temas antes expuestos, Silo descendió por la ladera de aquel cerro y se emplazó frente al micrófono instalado; en las manos tenía un caduceo, y con voz grave y contundente comenzó a alocución, presentándose, con aquel famoso inicio de: “si has venido, a escuchar un hombre…” y siguió desgranado su discurso a viva voz, con los temas de la violencia, el deseo, el sufrimiento que se fueron hilvanando con soluciones y un esperanzador seguir avanzando. En medio del discurso presento la metáfora del carro del deseo y aquello solo ya serviría para hacer un importante planteo social de grandes propósitos.

Para concluir, lo hace dando una esperanza, momento en el que entrega el caduceo al público próximo, que fue pasando de mano en mano; aquel gesto me impactó sobremanera: representaría lo más esencial de Silo: dar, darle a los demás. Y cuando nos dice que “hay que aprender a amar, a reír y que eleves tu espíritu…” nos brinda múltiples recursos útiles y valiosos de una dirección de aprendizaje, un camino que bien podemos considerar de liberación.

Después aquel día tuvo dos momentos destacados. Fuimos al salón de un hotel grande de la zona a una entrevista de prensa en donde los periodistas pudieron conversar con él. Más tarde regresamos a la ciudad, para reunimos en casa de un amigo, todos los que pedimos entrar, y nos entregó un librito de tapas rojas con diversas sugerencias para continuar con el desarrollo de nuestro movimiento, atendiendo a nuestro trabajo interno personal y hacer encuentros en equipos de estudio. En la lectura que hizo del texto, hay un párrafo que hasta día de hoy me conmueve: “…preparando el camino de la nueva humanidad que ya se acerca”.

Tiempo después se refirió a esta arenga como el esquema de su doctrina, pero más que nada presentaba el enmarque de sus propuestas; un marco dentro del cual se exponía todo, marco que estaba dado por: la no violencia de una parte y superar el sufrimiento por otra.

Mas adelante nos exhortó con “resistir a la violencia en nosotros mismos” y ser refractarios a las contradicciones, que de aumentar producen sufrimiento en uno y los demás. Lo nuestro son las acciones validas con las que se construye una vida distinta, armoniosa y con sentido.

Ahora, cada 4 de mayo celebramos esta fecha como “El día del testimonio” en diferentes lugares, tanto en los parques (más de 50 en el mundo), como en las salas, salitas, centros de encuentro y de modo virtual. A donde concurrimos humanistas, mensajeros, familiares amistades y el público en general, en una jornada que, como nos dijo, podemos cambiar la situación adversa y critica del mundo actual así como “se da vuelta un guante”, fácilmente. Es cosa de proponérselo.

Seguramente en otros artículos podremos ampliar el contenido y las implicancias de este valioso aporte del Siloísmo: La arenga de la montaña.

Daniel Zuckerbrot

 

(1) Audio de arenga del 4/5(69 de Silo: http://silo.net/system/audios/1/original/VACAS69.MP3
(2) El Arenal, San Pedro de Jujuy Argentina
(3) “Si quieres avanzar tendrás algún día que admitir que tu misión es humanizar el mundo que te rodea”. Punto 24 del Capítulo IX. CONTRADICCIÓN Y UNIDAD de HUMANIZAR LA TIERRA El paisaje interno