En los últimos días estoy escuchando a los tertulianos y economistas de derechas que la culpa la tiene el Gobierno, estas declaraciones son tan ridículas, vamos a ver si estos ignorantes se enteran, el Gobierno puede y tiene muchos errores, pero en este caso no es responsable de la inflación actual, ahora bien se le podría culpar de como gestionar dicha inflación.

La inflación española roza los dos dígitos:

Es  cierto que es la cifra más alta  desde 1985. Los otros dos picos de inflación fueron con Zapatero que llegó hata un 5,3% en julio de 2008 y la otra cifra más alta con Felipe González que fue de un  6,9% en marzo de 1992. Pero ocurre que la derecha mediática tiene un objetivo y es todo lo malo que pasa en España es culpa del socialdemócrata Pedro Sanchez y sus socios  de Unidas Podemos. 

Lo primero que hay que entender que la inflación no la ha generado Pedro Sánchez y por lo tanto  no es culpa de la gestión directa de este Gobierno. La inflación es normalmente un problema monetario y también fiscal  y la política monetaria la controla el   Banco Central Europeo.  Aunque  en este país a menudo los ignorantes, los tertulianos de barra de bar se dedican a culpar y responsabilizar al Ejecutivo de todos los desastres, y no siempre son los causantes de todo. 

En la inflación no existen las recetas mágicas, pero si herramientas que pueden frenrlas. El Gobierno tendrá que empezar a estudiarlas y ponerlas en prácticas y algunas de estas medidas pasan por:

Subir los salarios a los trabajadores que permitiría a las familias afrontar mejor el incremento de los precios, algo que a los neoliberales y a la patronal no gusta nada, pero es necesario subir los salarios para moderar el impacto de la inflación.

No basta con un impuesto especial a las eléctricas, hay que limitar los precios, la "limitación de los márgenes de los beneficios de las empresas  que participan en actividades que aumentan la espiral inflacionista. 

Lo que no se puede hacer es que haya una oposición que diga que la solución es bajar los impuestos y por otro lado, una patronal que no quiera subir los salarios a la clase trabajadora. 

Los empresarios tienen que entender que no se puede obtener beneficios millonarios a costa de una clase media y trabajadora, necesitamos una patronal comprometida.

No se le puede pedir más sacrificios a la ciudadanía, mientras algunos están aumentando sus beneficios cada día.