Sin salud no hay economía que valga

Si no se prioriza la salud de los ciudadanos y no se cuida de los que nos cuidan el impacto económico será peor,

Editorial 19/01/2021 J. Ángel Ruiz J. Ángel Ruiz
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Tras casi un año de pandemia la  catástrofe sanitaria continúa haciendo estragos. La tercera ola avanza y amenaza incluso con alcanzar o superar los niveles de letalidad que vimos al comienzo de la pandemia y que obligaron al confinamiento de la población. Meses de propaganda hueca, de mentiras y demagogia, están provocando un enorme rechazo social y una desafección popular creciente hacia todas las administraciones.

Los contagios ya superan los picos de la segunda ola, con un récord absoluto de 40.200 en un solo día; los ingresos hospitalarios se han disparado un 83% y las muertes diarias son completamente inaceptables: según el INE la mortalidad derivada de la pandemia superó los 80.000 fallecimientos en 2020, la tasa más elevada de Europa. Otros datos son igual de estremecedores: la incidencia de los contagios por cada 100.000 habitantes ya está por encima de 500, y en algunas comunidades supera los 700, 800, e incluso 1.000. Desde los hospitales se denuncia un nuevo colapso de las UCI, cuya ocupación ronda el límite en Madrid donde están al 90%.

¡Esta es la realidad brutal que todos los responsables de esta gestión quieren quieren esconder o disimular!

¿La culpa es de la población? Basta de criminalización social para escurrir el bulto

Es cierto que una parte de la ciudadanía es culpable de los contagios y la expansión del virus, pero lo que no se puede hacer es meter a todos en el mismo saco, ni el Gobierno, ni los responsables, autonómicos ni tampoco los medios de comunicación, pueden culpar a la población de esta situación porque es un insulto  a nuestra inteligencia. El propio Simón ha llegado a decir en tono sarcástico que el problema es que “en Navidades la gente lo pasó mejor de lo que se debía haber pasado". Unas declaraciones realmente ofensivas llenas de cinismo e hipocresía.

A pesar de las innumerables advertencias de los expertos, casi un año después es más que evidente que ni se han tomado las medidas adecuadas ni se han invertido los recursos necesarios. Tanto el Gobierno central como los autónomicos no se han puesto de acuerdo en medidas eficaces para frenar al virus asesino, pero si han coincidido en favorecer al Ibex35 y a la CEOE, estos no han perdido nada, es más han triplicado sus beneficios y los responsables hacer ricos a los más ricos son los políticos ineptos que tenemos y por  encima de proteger la salud pública es proteger la red clientelistas que políticos autonómicos tienen montadas.

Seamos claros. ¿Por qué vuelve a estar el sistema hospitalario público colapsado? ¿Dónde están esas inversiones y contrataciones anunciadas a bombo y platillo? ¿Dónde los rastreadores de cara a controlar la expansión de la pandemia? ¿No ha habido tiempo para tomar medidas contundentes? Años de recortes y privatizaciones han dejado una huella dramática en nuestro sistema sanitario, pero ¿está haciendo el ministro de Sanidad lo necesario para revertir esta dramática situación?.

No se puede anunciar periódicamente en ruedas de prensa sólo para dar las cifras de la pandemia, sin antes prever,  planificar y movilizar recursos suficientes  ante las diferentes olas, echando constantemente balones fuera con la excusa de que las competencias corresponden a las autonomías y abroncarnos por nuestros “irresponsables” comportamientos durante estas navidades.

Mientras todo esto pasa a los ciudadanos se les sube la factura de la luz, se desahucia por los bancos, se favorece a la sanidad privada, porque un Gobieno que se dice progresista es incapaz de intervenir, eso si para callar bocas se aprueban migajas   para las familias trabajadoras y esto no tiene visos de solución si el Gobierno no es capaz de coger el toro por los cuernos y pararle los pies a los poderes económicos.

NO SE ESTA HACIENDO CASO A LAS ADVERTENCIAS DE LOS SANITARIOS

Haciendo oídos sordos de las advertencias de sanitarios y virólogos que piden un nuevo confinamiento estricto, Salvador Illa y el Gobierno siguen a pies juntillas la hoja de ruta impuesta por los grandes poderes económicos. “Si la economía no funciona será peor y al final la salud se resentira". Este argumentario, repetido por tertulianos de derechas y por muchos que pasan por “progresistas”, como el presidente de Castilla la Mancha. No. Los  grandes empresarios tienen a buen recaudo las ganancias de años anteriores y no quieren ver recortados sus beneficios actuales. A ellos les importa un bledo la vida de sus trabajadores, antes, durante y después de la pandemia.

Este Gobierno debe gobernar sí, pero no para satisfacer a Ana Patricia Botín, Amancio Ortega o Florentino Pérez y blindar sus miles de millones y privilegios, sino para el conjunto de la ciudadanía, para todos los currantes y currantas que movemos el país y generamos riqueza con nuestro sudor. Por eso es necesario que se paralice la actividad productiva no esencial garantizándose permisos retribuidos, prohibiendo los despidos y utilizando los inmensos recursos de la sociedad, en manos de un puñado de plutócratas, para garantizar vivienda, alimentos, calefacción, educación… Esto es perfectamente posible.

Pónganse a trabajar y olviden sus discrepancias políticas para otro momento y recuerden sin salud no hay economía y lamentablemente el covid-19 nos está ganando

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