La fracasada moción de Abascal, refuerza al Gobierno de coalición

Ante una derecha completamente diluida en el liderazgo de Abascal, que ostenta peligrosos posicionamientos reaccionarios, el Gobierno de coalición ha tendido esta mañana una sosegada y firme mano para construir un nuevo proyecto de país, reafirmando su solidez

Editorial22/10/2020J. Ángel RuizJ. Ángel Ruiz

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Si algo deja claro esta moción de censura es su fracaso numérico pero, a la vez, su vitalidad política. Abascal ha demostrado ostentar el peligroso liderazgo de la derecha española. En sus tres vertientes partidistas, además.

Un PP confuso y desorientado, representado en el desconocimiento de su posicionamiento de voto, y un Ciudadanos completamente ausente, han generado una hegemonía discursiva que se ha materializado en este Vox reaccionario, ultraconservador y nostálgico de los gobiernos de hace 80 años que hoy se ha puesto el traje de luces para invadir con su odio y mentiras el Congreso de los Diputados.

El doble rasero de Vox y sus mentiras

Abascal aseguraba estar muy preocupado por las cifras de mortalidad que deja esta pandemia, motor argumental para impulsar su moción de censura. Es más, ha asegurado, en un alarde de ausencia de pudor para difundir datos falsos, que España es “el país con la mayor tasa de contagio y las mayores tasas de mortalidad del mundo”. Sin embargo, no ha encontrado reparo en presentarla en el momento más crítico que asola al país respecto a la segunda ola de coronavirus.

Poner en marcha todo el mecanismo institucional que supone la sola presentación de la moción hace ‘invertir’ una semana de trabajo en exclusiva para prepararla. Copando todos los recursos, tanto técnicos como políticos, para, tan solo, debatirla. Se entiende aquí, por tanto, que otras prioridades, incluidas las sanitarias, han de dejarse de lado. Y no por voluntad gubernamental.

"Dejen de profanar tumbas porque ya traen ustedes suficientes plagas", profería exaltado el líder ultraderechista. Sin embargo, parecen no aplicarse el mismo rasero en la formación ultra, a pesar de que esta pandemia se salde con más entierros cuanta menos colaboración política para afrentarla surja. No quiere profanarlas, pero no parece tener problema en seguir cavándolas. Un acto, a todas luces, de absoluta irresponsabilidad. Sobre todo, cuando solo la apoyan sus 52 diputados.

Una derecha radicalizada

Desolador panorama presenta la derecha en este país. Este tripartito ultrarradicalizado no deja opciones a la colaboración con un Gobierno de coalición que se esfuerza por superar la crisis pandémica. Ya es algo innegable.

Ciudadanos, con su silencio, ha puesto en jaque a un PSOE que no ha dejado de invitarle a colaborar en unos presupuestos que se pretenden sociales y orientados a las mayorías. Los populares, guiados por la cerrazón de Pablo Casado a no renovar el secuestrado Poder Judicial, han tomado partida clara en la batalla.

Al PSOE no le quedan más opciones: debe construir proyecto de país del lado izquierdo de la trinchera para superar esta crisis. Si ya no cabía lugar a duda, hoy se ha constatado. La oposición no va a colaborar, todo lo contrario.

Lo han dejado claro. Y no solo por los discursos que los días previos a la moción han vertido las tres fuerzas derechistas, sino también por lo que arrojan las encuestas que ellos manejan. Según los datos publicados por varios medios de comunicación sobre el último estudio realizado por ‘Metroscopia’, la mitad de los votantes “de derechas” opinan que PP y Ciudadanos debería apoyar la moción de Vox. Sin medias tintas.

Los medios de comunicación les seguirán haciendo "favores" 

Mañana, todo este espectáculo habrá terminado. Sin embargo, el mecanismo para desestabilizar al Gobierno de coalición seguirá activo. Y ahora, con muchas más herramientas. Con la excusa de la “crispación política” (en la que Abascal, con su tonalidad agresiva, ha querido profundizar), los grandes diarios y cadenas televisivas continuarán abriendo tertulias y protagonizando portadas con problemáticas ficticias para la mayoría de personas de a pie.

Okupación, MENAS o la desconfianza política seguirán copando los titulares. En los cuerpos de sus artículos, a modo de revelador argumento, citarán alguna de las frases que Santiago Abascal ha vertido hoy en el hemiciclo. Da igual que sean contrastablemente falsas, tan solo se ceñirán a la literalidad.

"Un verdadero patriota no puede odiar a la mitad de sus compatriotas", afirmaba Sánchez en su réplica. Enunciación reveladora ante el panorama político que deviene. Tendrá que tratar, por tanto, de construir el nuevo modelo de Estado con las fuerzas que sumen y nutran, con diagnósticos plurales, el proyecto que la crisis actual ha acelerado. España es un embrión en formación, y la derecha ha dejado claro que no quiere flirtear con ningún proceso de cambio que rompa con sus privilegios emanados de los tensos y manidos acuerdos del 78.

Es por eso que, en la próxima sesión, Sánchez e Iglesias se repartirán los papeles en sus intervenciones. Será, esta vez, el turno del Vicepresidente. La preparación de la sesión parlamentaria la han coordinado el jefe de gabinete del Presidente, Iván Redondo, y el director de comunicación de Pablo Iglesias, Juanma Del Olmo, en otra muestra de colaboración y entendimiento entre las dos fuerzas políticas, a pesar de sus diferencias.

La sociedad ha evolucionado. El debate entre desoír o no los reclamos de los españoles ya cuenta con su respuesta.

Fuente obtenida de laultimahora.es 

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