Exgerifaltes del régimen del 78 reivindican en un manifiesto la monarquía y el papel de Juan Carlos I

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¿Qué hacemos con la Monarquía?”, le preguntaban al veterano periodista Iñaki Gabilondo en una entrevista publicada este lunes en el diario ‘El País, el buque insignia del Grupo PRISA. “El asunto es de extraordinaria gravedad y la erosión colosal. Temo que esto inicie un proceso de deterioro muy agudo y que se aceleren las cosas. Veo a la institución muy tocada. Como en un final de etapa. Encima, todo esto ha abierto un capítulo de vergüenza que ha degradado a mi generación públicamente. Se ha degradado él, ha degradado a la institución y con él nos hemos degradado los que acompañamos el proceso. Hemos sido desnudados y yo me siento avergonzado”, respondía. Al día siguiente –este martes–, ha trascendido que más de setenta exgerifaltes –entre exvicepresidentes del Gobierno central, exministros, expresidentes autonómicos, exalcaldes, exembajadores y diversos ex altos cargos de la Administración– de la UCD, el PSOE y el PP –los tres grandes partidos del régimen del 78; en el caso de la UCD, hasta su desaparición a principios de los ochenta– han suscrito un manifiesto en el que reivindican el régimen del 78 y el papel del anterior jefe del Estado, Juan Carlos I, que está siendo investigado judicialmente en Suiza y en España por posible cobro de comisiones ilegales, blanqueo de capitales y delito fiscal y reside en Emiratos Árabes Unidos desde su huida de España el pasado 3 de agosto.

Entre los firmantes del manifiesto está el exjefe nacional del sindicato universitario franquista, ex secretario general del sindicato vertical franquista, exministro de la UCD Rodolfo Martín Villa, conocido como ‘la porra de la Transición’ y que declarará el próximo 3 de septiembre ante la juez argentina María Servini por posibles delitos de homicidio agravado en un contexto de crímenes contra la humanidad durante la Transición. También está el exvicepresidente del Gobierno central Alfonso Guerra, ‘número dos’ de Felipe González tanto en el PSOE –partido del que tomaron el control en el congreso celebrado en 1974 en la localidad francesa de Suresnes, adonde González y el propio Guerra llegaron con pasaportes facilitados por el Gobierno franquista y escoltados por oficiales del SECED, que actuaban en estrecha colaboración con la CIA– como en el Ejecutivo, del que formaba parte cuando, en 1983, se produjo el secuestro del ciudadano francés Segundo Marey, por el que acabarían siendo condenados el ministro del Interior, José Barrionuevo, y otros dirigentes del PSOE.

También está el exministro del PP Jaime Mayor Oreja, que siempre se ha negado a condenar el franquismo porque, como reconoció en una entrevista con el diario ‘La Voz de Galicia’ publicada en 2007, el franquismo “representaba a un sector muy amplio de españoles” y “forma parte de la historia de España”. Repreguntado, el político ultraconservador insistió en su negativa a condenar el franquismo “por muchas razones”. “¿Por qué voy a tener que condenar yo el franquismo, si hubo muchas familias que lo vivieron con naturalidad y normalidad?”, zanjó. Y también está su compañera de partido Esperanza Aguirre, expresidenta autonómica a quien tres testigos clave del ‘caso Púnica’ situaban recientemente como máxima responsable de la financiación ilegal del PP de la Comunidad de Madrid.

A sus nombres se unen los de otros exgerifaltes del régimen del 78, como la exministra de Adolfo Suárez (UCD) Soledad Becerril; los exministros de Felipe González (PSOE) Matilde Fernández y Cristina Alberdi; los exministros de José María Aznar (PP) Josep Piqué, Eduardo Serra, Pío Cabanillas –hijo– y Ana Pastor; el exministro de José Luis Rodríguez Zapatero (PSOE) Celestino Corbacho, y los exministros de Mariano Rajoy (PP) José Ignacio Wert y Rafael Catalá. Y expresidentes autonómicos como el extremeño Juan Carlos Rodríguez Ibarra (PSOE), el andaluz José Rodríguez de la Borbolla (PSOE), el castellanoleonés Juan Vicente Herrera (PP) y la aragonesa Luisa Fernanda Rudi (PP). Y exalcaldes como el coruñés Francisco Vázquez, vinculado históricamente al ala más conservadora del PSOE y actualmente próximo a Ciudadanos. Nombres, todos ellos, que han jalonado los años de reinado de Juan Carlos I, jefe del Estado español desde la muerte del general Franco –por designación de este– en noviembre de 1975 hasta su abdicación en su hijo Felipe VI en junio de 2014, acosado por sus propios escándalos.

En el manifiesto, todos ellos piden “respeto a la presunción de inocencia” de Juan Carlos I y aseguran que la labor del anterior jefe del Estado “en beneficio de la democracia y de la Nación” nunca se podrá borrar, “so pena de una ingratitud social que nada bueno presagiaría del conjunto de la sociedad española”. “A lo largo de sus años de reinado y en desempeño de sus funciones constitucionales, Juan Carlos I ha sido invariablemente fiel a sus propósitos democratizadores y a las responsabilidades derivadas del marco institucional, como ocurrió en el 23-F”, aseguran. Además, ensalzan “la bien llamada Transición”, insisten en que “la monarquía parlamentaria, así como el conjunto de la Constitución de 1978, han propiciado una España moderna, con un sistema político, económico y social avanzado fraguado en la libertad, en la justicia y en la solidaridad”. Y, finalmente, instan a partidos y organizaciones políticas a defender “por todos los medios democráticos a su alcance”, la “integridad política y territorial de la Nación” y el “buen nombre de las personas e instituciones que han hecho posible estos últimos y satisfactorios cuarenta años de historia común”, pues “de ello, en gran medida, depende la misma calidad de nuestro futuro”.

Fuente obtenida de laultimahora.es