Política constructiva, en 16 minutos de intervención Abascal crítica pero no propone.

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Santiago Abascal, líder de la ultraderecha española en su intervención hoy  el Congreso de los Diputados sobre el debate sobre la sexta prórroga, ha propuesto defender “la concordia nacional, de la de verdad, no de la impostada”.

Durante su intervención ha sido más bien para criticar e insulta, parece ser que a Santiago Abascal lo de la crispación política no va con él.

Una única propuesta.

Dimisión de todo el Gobierno. “No vamos a pedir la dimisión de Marlaska, porque pedimos la de todo el Gobierno”, sin duda una gran propuesta constructiva.

Insultos, acusaciones y más criticas

Hacemos un pequeño resumen de lo que lanza este hombre por su boca:

Acusa al Gobierno de sectario, negligencia criminal, de pacto con los enemigos de España, ETA, el PNV y ERC), extremista y guerracivilista, promover y llamar al odio y a eliminar al adversario político, negligente y responsable de la muerte de miles de españoles, mantener a un vicepresidente responsable de dejar morir a los ancianos en las residencias, además de tener un padre con pasado terrorista, además de que el vicepresidente desea una Guerra Civil, Gobierno que oculta información a todos los españoles, responsable de gestión criminal y opaca, cargarse Navantia, Nissan, Alcoa… “Se han cargado buena parte de la agricultura, del comercio, de la hostelería…”.

Podríamos seguir escribiendo las estupideces y las tonterías, a parte de las mentiras que dice cundo sube a la tribuna de oradores.

 Claro que el Gobierno ha cometido errores, pero calificarlo de criminal por las muertes producidas por el COVID-19, es ya pasarse de la raya. 

Abascal que era el último mono en el PP, ahora se cree un salva patrias, pero como se puede observar, tiene  un bajo nivel de inteligencia y de intelecto, porque para decir que el gobierno tiene la culpa de los despidos de NISSAN, es que la capacidad de su mente para llegar a conclusiones razonadas y lógicas no da más de sí. 

Si este personaje hubiera estado en las sesiones de Congreso de los Diputados de la época de la II República, tanto Gil Robles como José Antonio Primo de Rivera afines a su ideología lo hubieran echado del hemiciclo, por las estupideces que ha dicho en tan sólo 16 minutos.