¡Viva España! ¡VIVA el Rey!, aunque sigan asesinando palestinos y no hagamos nada

En un mundo cada vez más interconectado, la posición de España en asuntos internacionales, particularmente en relación con el conflicto entre Israel y Palestina, plantea interrogantes cruciales. El título "¡Viva España! ¡VIVA el Rey!", aunque resuena con fervor patriótico, no puede pasar por alto la sombra de un apoyo militar cuestionable y una aparente indiferencia hacia las víctimas palestinas por parte del ejército, el Rey y el Gobierno español. Este artículo crítico buscará explorar la complejidad de estas dinámicas y abogar por un enfoque más reflexivo que sitúe la búsqueda de un mundo sin guerras en el centro de las prioridades nacionales.

Apoyo Militar y Silencio Gubernamental** 

En el corazón de la discordia se encuentra el apoyo del ejército español a Israel, una posición que plantea serias interrogantes éticas. A pesar de las crecientes preocupaciones sobre las violaciones a los derechos humanos en el conflicto israelí-palestino, la alianza militar parece obviar las consecuencias humanas de sus acciones. Esta falta de sensibilidad hacia las víctimas palestinas socava la integridad moral que cualquier nación debería mantener al participar en asuntos internacionales.  Mientras el apoyo militar se manifiesta en hechos, el silencio por parte del Rey y el Gobierno español agrava la percepción de desinterés. La falta de declaraciones condenatorias o de compromisos activos para abordar las raíces del conflicto señala una desconexión preocupante. ¿Cómo puede una nación comprometida con la paz mundial permanecer indiferente ante la tragedia humana en Palestina? 

 Hacia un Compromiso por un Mundo sin Guerras y Acciones para la No-Violencia**

En el crisol de estas preocupaciones, surge la necesidad imperante de un cambio de enfoque. España, al proclamar "¡Viva España! ¡VIVA el Rey!", debe internalizar la responsabilidad de sus acciones en la arena internacional. La paz no puede ser un mero eslogan; debe convertirse en un compromiso tangible.

Es fundamental que tanto el Rey como el Gobierno español reflexionen sobre su papel en este conflicto y, más allá de las alianzas militares, trabajen activamente hacia un mundo sin guerras. Esto implica no solo reconsiderar el apoyo militar a Israel, sino también abogar por soluciones diplomáticas y contribuir a la construcción de un futuro donde la coexistencia pacífica prevalezca sobre la violencia.

En este camino hacia la paz, la responsabilidad no recae solo en las instituciones gubernamentales, sino en la sociedad española en su conjunto. Cada ciudadano tiene el deber de realizar acciones concretas que promuevan la no-violencia y la solidaridad internacional. Que el clamor "¡Viva España! ¡VIVA el Rey!" resuene con un compromiso renovado hacia la justicia, la paz y acciones tangibles para construir un mundo más justo y equitativo.

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