Lo que nos deja la crisis del Coronavirus

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La crisis del Coronavirus está dejando importantes lecciones a nivel local y mundial que nos hacen reflexionar sobre la importancia del cuidado de lo publico con vistas al futuro y la responsabilidad personal y colectiva que tenemos los ciudadanos como parte de una sociedad.

La perspectiva ecologista a sido el movimiento que a nivel general y publico viene ofreciendo datos y hechos sobre la necesidad de un cambio del modelo productivo a escala mundial que supere el paradigma neoliberal presentista, rentabilista e individualista que penetra y se expande entre las diferentes capas y ámbitos sociales. La hiperconexión presentista en la que estamos sumidos nos hace perder de vista sobre aquello que nos proporciona de verdad una vida de calidad y que debemos alcanzar y defender para las generaciones que vienen. El discurso neoliberal copa todos los ámbitos: social, cultural, político, etc., lo que, en la mayoría de los casos, aunque no todos actuamos de manera individualista todo el tiempo, nos hace vivir subsumidos en un sentido que nos hace buscar la propia rentabilidad de nuestros actos perdiendo de vista el sentido de comunidad. Un ejemplo de este individualismo son los videos con tono racista que se han compartido en foros de todo color, pero España no es el único caso. Otro ejemplo lo encontramos en las compras compulsivas en los supermercados los primeros días de cuarentena. La lectura positiva es que estos ejemplos son hechos aislados frente a la imagen de solidaridad que se está dando particularmente en España.

Esta crisis nos está señalando la importancia de la responsabilidad individual de cada uno para cuidar del colectivo. Si no fuera por la conciencia cívica y social que hemos desarrollado durante estos años sería imposible mantener una cuarentena ordenada y organizada como la que se está viendo. El éxito de la cuarentena y de qué se reduzca el número de contagios es una tarea colectiva, de la comunidad en su totalidad, no de unos pocos. Aunque no hay que olvidar que en la primera línea de fuego se encuentran miles de trabajadoras y trabajadores que están cuidando de nuestra salud y nuestro bienestar, empezando por las enfermeras y médicos, hasta los trabajadores del campo o en el sector de los transportes, sectores a los que el estado, patronal y sindicatos no han cuidado de sus condiciones laborales en busca del rédito político o financiero a costa de la dignidad de las personas. 

Una sociedad preparada para el futuro necesita de reforzar el sistema de bienestar social, por un lado, y la investigación, por otro. No nos podemos proteger a nosotros mismos de enfermedades que no conocemos. Necesitamos equipos de investigación y profesionales que estén preparados para bregar con escenarios como el del Covid19 fomentados desde lo público para la ciudadanía. Situaciones como la que enfrentamos ya ocurrieron en el pasado, en otros lugares del mundo, y volverán a suceder. 

Otro tema relacionado con lo público que está generando una fuerte expectación es la cuestión de los puestos de trabajo. Ahora que la economía de consumo se ha paralizado, muchas personas se encuentran en la tesitura de qué pasará con su puesto de trabajo y el temor es generalizado. Algunas empresas ya han anunciado ERTEs, expedientes de regulación temporal del empleo, con lo que el estado se tendrá que hacer cargo de la carga de la mayor parte del salario de un trabajador. Un escenario como este con un estado débil que no pudiera hacerse cargo de esta demanda supondría un estado de emergencia para muchas personas.

 Como he dicho antes, si podemos aprender algo de esta crisis, y espero que lo hagamos, es a valorar elementos denostados en otro momento, como la necesidad de un sistema social de bienestar fuerte y con recursos o la inversión en ciencia e investigación, así como la necesidad de cuidarnos los unos a los otros. Repito, esta crisis solo se supera en común, en colectividad, cuidando los unos de los otros, como sociedad.