Los daños causados por las obras de la línea 7B de Metro que Esperanza Aguirre impulsó, llevaron a los bomberos a desalojar un bloque de pisos entero hace prácticamente un año ante el peligro de derrumbe, en la localidad de San Fernando de Henares. El Gobierno regional entonces reubicó a las familias en unos aparta-hoteles donde la mayoría sigue viviendo a día de hoy, pero que tendrán que abandonar el 20 de septiembre porque el Ayuntamiento de Madrid ha decidido no renovar la orden que permite la financiación de esos alquileres, dejando a estas personas completamente desprotegidas y en la calle.

Cuando las familias fueron desalojadas, se marcharon con la promesa de que podrían volver en algún momento a su hogar. El consejero de Transporte e Infraestructura, David Pérez (PP), les aseguró que así sería y que se encontrarían “con el edificio más sólido de España”. Sin embargo, el edificio quedó completamente destruido el pasado mes de mayo después de que los peritos lo consideraran “irrecuperable”. 

A partir de septiembre, los vecinos se verán obligados a pagar el alquiler de esos aparta-hoteles si quieren mantener el techo bajo el que viven y además, seguir pagando la hipoteca restante de los pisos que ya no existen, generando situaciones de completa vulnerabilidad en muchas familias, que no pueden plantear costearse un gasto de dinero tan alto. “No tengo casa, no tengo vivienda, no tengo hogar. Nos han jodido la vida”, lamentaba un vecino. 

El Ejecutivo madrileño, por su parte, sigue sin asumir la responsabilidad que le corresponde, refugiándose en que no pueden ampliar la orden de emergencia para financiar los pisos “porque ya no existe emergencia”. De esta manera, se desentienden, no asumen su negligencia y deja a 20 familias abocadas a la calle. 

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Carmen Asenjo para LUH


 
 
 
 
 
 
 
 
 

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