Sánchez quiere y pretende aumentar el gasto militar

Stoltenberg, el secretario general de la organización. En ella, el gobierno ha recalcado la necesidad de “reforzar nuestra capacidad de disuasión” frente a la amenaza de “nuestra seguridad”. Esto según el presidente del Gobierno, se traduciría en un “aumento en inversión en defensa”, dando paso a una nueva etapa donde se avecinan “nuevas amenazas” que afrontar con una mayor implicación militar de los miembros en la organización.

En el acto, Sánchez ha recalcado la importancia de esta cumbre, que será clave para determinar la política estratégica de la alianza para la próxima década. Según ha afirmado, ante las nuevas amenazas de un orden internacional creado a partir de los valores de “igualdad”, “libertad” y “justicia” se ciernen amenazas que ponen en juego dicho orden, cuya solución pasa por un reforzamiento de la seguridad. Esto se traduce para el jefe del gobierno español en la necesidad de aumentar “el esfuerzo coordinado de los aliados” y “el apoyo a Ucrania con decisión”, que pasa por “una aportación creciente”, así como por “modernizar nuestras fuerzas armadas”.

Para reforzar “nuestra capacidad de disuasión”, como bien ha recalcado el presidente, “va a exigir capacidades militares modernas… que solo se adquieren con el aumento en inversión en defensa”. Estas afirmaciones refuerzan la tendencia del aumento del presupuesto en defensa de la última legislatura del gobierno “progresista”. Sigue por tanto la exigencia del socio principal de la alianza, EEUU, de aumentar el presupuesto militar de los socios hasta el 2% del conjunto del PIB, en un contexto donde Sánchez recalca la ayuda de la OTAN en “cimentar un vínculo transatlántico” con el gobierno de Washington.

Además, el acto contó con la participación del Rey, de algunos ministros y de representantes políticos a nivel nacional, como Feijoo; y con la asistencia de los expresidentes Aznar, Zapatero y Felipe González, así como el exsecretario general de la OTAN Javier Solana. En el acto, se ha recordado el papel activo que han tenido los expresidentes desde la entrada en la OTAN de España el 30 de mayo de 1982, bajo el gobierno de Calvo Sotelo; donde se ha recalcado el apoyo de España en todas las acciones estratégicas de la alianza, así como la intervención militar requerida en todos los conflictos, desde Bosnia y Herzegovina o Kosovo hasta Irak o Afganistán.

Stoltenberg ha querido recalcar en su intervención la continuación e incluso mayor implicación de Pedro Sánchez en estos objetivos, con el envío de efectivos, armamento y equipo militar a Ucrania, así como la asistencia militar recibida y los esfuerzos en implicar al Estado Español como miembro clave de la alianza. Tanto Felipe VI como Stoltenberg, han coincidido en destacar la unión de los aliados contra posibles amenazas crecientes, como supone el gobierno de Putin, de Xi Jinping y según afirman, la importancia de un enfoque en la “dirección estratégica sur”, desde donde proceden amenazas de terrorismo e inestabilidad, promovido además por la existencia de “actores estatales que no comparten la Carta de Naciones Unidas”.

Además, cabe destacar la defensa por parte del rey Felipe VI y del presidente del Gobierno de la “complementariedad de la UE y la OTAN” en un contexto donde “no hay otro camino” y ambas organizaciones deben cooperar y necesitarse mutuamente. Es para el Estado Español un punto crucial el reforzamiento de los países imperialistas en la esfera militar, donde por un lado se refuerzan los medios bélicos de los países aliados; y por otro se complementa la hegemonía militar con el poder político, económico y diplomático de la UE, que se sintetiza en leyes de censura “prorrusa” o en la imposición de sanciones al pueblo ruso, para complementar la asistencia militar a Zelensky ante la invasión de Moscú.

Es por tanto de esperar, que ante la celebración de la cumbre de la OTAN de los días 28 a 30 de junio en Madrid, Sánchez trate de seguir reforzando la imagen de España como socio militar clave de la organización, cuya implicación en la organización va en aumento y que sigue la línea de continuar la escala militarista como forma de proteger la seguridad en pro aparentemente de lograr la paz. Cabe por tanto hacer una mirada retrospectiva, 25 años atrás, con la celebración de la primera cumbre de la OTAN en España, donde el presidente Aznar junto con el entonces secretario general de la OTAN Javier Solana, trataron una maniobra similar, que se consolidó en la entrada en la guerra de Irak, guerra la cual se cobró la vida de más de 200.000 personas.

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