Los vecinos de Quintarnar del Rey en contra de la macrogranja.

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Las y los vecinos de Quintanar del Rey asistimos atónitos a las declaraciones de los responsables políticos sobre la autorización de este proyecto, donde lo único que hemos visto es cómo unas instituciones culpabilizan a otras, en vez de sentarse a buscar soluciones al problema.

Nos cuesta entender y creer que el proyecto no nos afectará, cuando el municipio que se verá afectado no ha sido informado, como sí fueron informadas otras instituciones. La propia Junta en la Declaración de Impacto Ambiental describe el riesgo de malos olores en Quintanar del Rey, pero ninguna institución implicada le permitió alegar a dicho proyecto.

Nos cuesta entender que un Estudio de Impacto Ambiental y la Declaración Ambiental favorable que emitió la Junta no recoja la presencia del pozo de agua potable del tercer municipio con más habitantes de la provincia de Cuenca. No podemos entender cómo se permite que actividades susceptibles de contaminar las aguas subterráneas se pongan al lado de algo tan delicado como el agua potable de cerca de 8000 habitantes. No somos sólo nosotros, son además las generaciones futuras las que se juegan su salud a costa de ningún beneficio.

Provoca estupefacción que se pretenda enfrentar a dos Ayuntamientos ante un proyecto que, aprobado en uno, repercute negativamente en el otro. Señor Rodrigo Molina, Delegado provincial de Desarrollo Sostenible, ante sus declaraciones, nos preguntamos cómo una ordenanza impide la instalación de una actividad perjudicial para un municipio y sin embargo pretende instalarse en el límite del pueblo de al lado.

En cuanto a los purines, sí se consideran residuos en la misma Declaración de Impacto Ambiental. Son además uno de los principales problemas de estas instalaciones, ya que contaminan nuestras aguas y nuestros suelos; nuestra zona ya es vulnerable de contaminación por nitratos y aunque, como bien dice, el vertido de los purines tiene una legislación propia y su incumplimiento tiene sanciones, es conocido que la falta de control efectivo por parte de la Junta lleva a que las empresas acaben haciendo lo que quieran, primando únicamente el beneficio económico inmediato y progresivamente se reduzcan los controles.

Pedimos al Ayuntamiento de Quintanar del Rey el desarrollo de ordenanzas que defiendan nuestro medio y nuestros recursos, aprobando todas aquellas necesarias y lo instamos a que se adhiera al convenio que la Diputación de Cuenca tiene con el Instituto Geominero de España para que se evalúen nuestras aguas subterráneas y los riesgos que corren, para garantizarnos un agua de calidad ahora y en el futuro. Exigimos   que nuestro Ayuntamiento se mantenga alerta ante proyectos que se vayan a llevar a cabo en otros municipios y en los que podamos ser parte afectada, como es el caso presente.

Al Ayuntamiento de Villanueva de La Jara le pedimos empatía; nos cuesta entender que aprueben un proyecto que perjudicará a un pueblo vecino y que, seguidamente, apruebe una ordenanza para proteger en exclusiva a su núcleo urbano, lo cual es loable y correcto, pero sin dejar la basura en la puerta vecina.

Y a la Junta de Comunidades de Castilla La Mancha le exigimos que defienda la salud de la ciudadanía castellano manchega por encima de los intereses económicos. No somos el primer pueblo ni seremos el último que no estamos de acuerdo con este tipo de desarrollo
y no entendemos por qué Castilla La Mancha apuesta por proyectos en contra de su población.

Nos cuesta entender que desde la Consejería de Desarrollo Sostenible se apueste por un modelo de desarrollo tan insostenible como son este tipo de instalaciones, que no aportan ningún beneficio al territorio ni al empleo, y en cambio agotan y contaminan los recursos naturales por muchas generaciones.

Creemos firmemente que, pese al punto en que nos encontramos ahora, no es demasiado []tarde y por tanto confiamos plenamente en que todas las administraciones implicadas nos escuchen y se sienten con nosotras a buscar una solución.