El coronavirus: un negocio poco ético pero aparentemente rentable

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El coronavirus ha traspasado la Gran Muralla China acompañado de un compañero inevitable ante este tipo de. : el pánico.El miedo es el peor enemigo de la razón y muchos son los que ante la debilidad que provoca la histeria colectiva ven una clarísima oportunidad de negocio. Desde que el coronavirus COVID-19 fuera declarado por la OMS como una emergencia de salud pública y se detectase hace apenas un día el primer caso de contagio en España, las ofertas de productos catalogados como supuestas medidas preventivas contra la enfermedad han brotado como las setas.

Pero lo peor no es que estos productos estén a la venta, sino que lo están a precios completamente inflados en portales tan importantes como Amazon, Wallapop e incluso la propia Facebook.

Amazon tiene dentro de lo que llama su página de “Productos del momento” de España (en la que muestra aquellos más demandados) todo el “kit de supervivencia” contra el virus formado por mascarillas de papel y gel desinfectante para las manos. Un dato antes de hablar de los precios que nos sirve para entender lo absurdo del asunto: ni siquiera está demostrado que una mascarilla FFP3, la más efectiva del mercado contra partículas contaminantes, pueda ser capaz de impedir que el virus pase a las vías respiratorias. Así que imaginad lo que puede hacer una mascarilla quirúrgica de papel.

Volviendo al tema de los precios, en los últimos días algunos de los socios comerciales de Amazon (terceros que usan la plataforma para su venta particular) han estado inflando sobremanera el precio de las mascarillas como podemos ver en el siguiente gráfico.

Amazon dijo recientemente a Wired que ante el incremento de los precios de estos productos está avisando a los vendedores de mascarillas que no cumplen con sus políticas de precios y que “dejará de comercializar todos los artículos que incluyan afirmaciones médicas prohibidas”.

Fuentes relacionadas con Amazon nos han asegurado que “a pesar de que los vendedores ponen sus propios precios en la plataforma Fuentes relacionadas con Amazon nos han asegurado que “a pesar de que los vendedores ponen sus propios precios en la plataforma están retirando todas las ofertas que violen sus políticas de precios“.

Sin embargo a pesar de estas buenas intenciones de Amazon, detrás de la gran empresa de comercio electrónico pende una sombra relacionada con su algoritmo A9. En 2018, la compañía fue señalada después de que algunas fuentes afirmaran que su algoritmo aumentó, supuestamente, el precio de los equipos contra incendios en respuesta al aumento de la demanda durante los incendios forestales de California.

En otra ocasión, la empresa fue señalada de la misma práctica por otra fuente cercana a ella, en esa ocasión el aumento de los precios de productos como extintores y escaleras de escape llegó después del incendio de la Torre Grenfell que tuvo lugar en Londres en 2017.

Nicos Savva, profesor de la London Business School, cree que estas oscilaciones de precios dinámicos deberían ser supervisadas por equipos humanos para evitar que los precios perjudiquen a los consumidores en situaciones de alta demanda provocadas por situaciones de emergencia.

En el caso de esta crisis del coronavirus y las mascarillas no está claro si está siendo cosa del algoritmo, de los vendedores o de ambos, pero los precios de este tipo de productos están alcanzando precios inverosímiles como 50 mascarillas desechables de papel a 142 euros. Precios similares son los que están también alcanzando las mascarillas en el sitio de compraventa entre particulares por excelencia en España, Wallapop.

Aquí una simple búsqueda con la palabra “coronavirus” nos lleva a todo un catálogo de (caraduras) productos absurdos a precios desorbitados como pantallas de protección anti impactos, mascarillas de papel a 25 euros la unidad o geles antibacterias del Mercadona en reventa por 8 euros…

Nuestro principal consejo es que sigáis las indicaciones de OMS, y que no hagáis como esa gente que está acabando con las existencias de mascarillas de papel hasta en las tiendas de bricolage. Pensad que si hasta Facebook, que no es precisamente el adalid de la ética, está bloqueando los anuncios de este tipo de productos es que realmente no nos hacen falta.